Shel Dixon siempre estuvo aquí, pero ahora vuelve con más fuerza
El regreso de Shell trae consigo una nueva energía, una reinvención que cautiva tanto a sus fieles seguidores como a las nuevas generaciones. En esta entrevista, nos cuenta todo
Por: Willy Bolaño
Genuinamente, Shel Dixon nunca se ha ido. Su música resuena en el imaginario de la música tica (es toda una leyenda), sigue sonando en radios, en audífonos, en fiestas y en muchas generaciones, desde aquellos que lo gozan desde hace más de veinte años hasta quienes tienen menos calendarios de vida pero reconocen en él un gran ejemplo de música poderosa y honesta.
Foto: Cortesía Lit Inc
Aunque nunca se fue, Shel regresa a los escenarios de manera poderosa: con el show "Back 4 Good", que tendrá lugar el viernes 11 de abril a las 8:00 PM en Utopía Central House, San Pedro, podremos gozar de su repertorio con un formato de banda a gran escala y una experiencia inmersiva, como él mismo adelanta. “Si iba a volver, tenía que ser bueno”, afirma.
Las entradas están disponibles desde $25.00 y pueden adquirirse a través de Starticket (starticket.cr). Mientras se acerca la fecha, conversamos con el artista sobre todo lo que significa su música.
Vos tenés una persona pública, tu música que ha sido reconocida e institucionalizada, pero ahora que volvés, ¿cómo te gusta describirte a vos mismo en este momento de tu vida? ¿Qué te interesa en este momento? No sólo con la música, sino en la puesta en escena, en cómo planear un concierto, en cómo va a sonar la banda. ¿Quién sos hoy en este regreso que estás anunciando?
Bueno, creo que soy el mismo, sólo con algunas mejoras. Siempre pensaba que todo lo que no evoluciona se muere, y mi intención es durar en esto de la música. Gracias a Dios, la música que hice hace mucho tiempo todavía sigue, sigue de alguna manera, impactando a mi generación y a las nuevas generaciones, y a veces hasta a las viejas, pero no soy tan viejo tampoco. Ahora me fijo más en la calidad que en la cantidad. No estoy, no estoy ansioso por cantar y presentarme, pero no de cualquier forma.
Quiero hacerlo de la manera más artística posible. Por eso elegí hacer el primer evento con la banda completa, con todos los integrantes. Usualmente trabajo con un formato más reducido, ya sea con DJ o con algunos músicos. Pero dije, para este primero quiero demostrar todo el proyecto en su esplendor. Antes me enfocaba más en lo que la gente le gustaba, y menos en lo que tal vez quería comunicar. Ahora trato de unificar las dos cosas.
Voy a cantar las canciones que la gente, gracias a ellos, han llegado a ser hits, pero también voy a cantar otras que a veces no cantaba porque pensaba que muy poca gente las conocía o las disfrutaba. Ahora quiero hacerlo como una especie de "body of work", algo más conceptual, algo que refleje mi crecimiento. Parte de eso es cantar esas canciones que tal vez no son populares, pero que una vez escuchadas en vivo, pueden ser apreciadas más. Y esas canciones suelen ser las favoritas de los artistas, las que no son tan comerciales. Va a ser una mezcla de ambas cosas.
Este ejercicio de revisitar tu obra me lleva a preguntarte, ¿qué es lo que más te enorgullece de lo que has hecho, tanto de la música como de poner el género en la escena? En todo este recorrido, imagino que en la planificación de tu regreso, ¿qué es lo que más te enorgullece de tu obra?
Hace poco hablaba con mi pareja. Es increíble cómo lo que uno planea a veces es lo que más le gusta a la gente. Hice una canción recientemente, más que todo como parte de un proyecto de artistas de danza, con un beat que estaba muy de moda. Se llama "Showtime", y diferentes países hicieron su propia versión, incluyendo Costa Rica. No estaba planeando participar, pero algunas personas en el gremio me invitaron y lo hice. Lo hice con amor, pero no tenía la intención de que fuera a gustar tanto. No porque pensara que fuera una mala canción, sino porque no la hice con un propósito comercial. Y dentro de ese gremio, ha funcionado muy bien.
Las canciones de mi nuevo proyecto no han tenido el mismo impacto que esta, que no fue hecha con un propósito comercial. Lo que más me enorgullece es hacer algo que me gusta, pero sin saber cuánto va a impactar a la gente. Por más que uno trate de seguir consejos o reglas para hacer canciones que apelan a una mayoría, nada está garantizado. Me siento orgulloso de que todas esas canciones que se volvieron clásicas fueron hechas de la misma manera, sin intención de ser hits. Y, sin embargo, la gente se enamoró de ellas. Es algo mágico, es algo muy lindo. Es como encontrar un billete de lotería, uno no fue a comprarlo, pero fue premiado por algo que encontró en el camino.
El público es un factor vital en cómo funcionan las canciones. Siempre has estado muy atento a la música y al público, ¿cómo describirías la recepción de las diferentes generaciones hacia tu música? Ahora todo está muy enfocado en la generación Z, pero las décadas del 2000 y 2010 fueron distintas. ¿Qué reflexión haces sobre cómo reaccionan las audiencias?
Creo que con el paso del tiempo la gente se ha vuelto menos prejuiciosa. No hablo solo de prejuicio racial, sino también en cuanto al músico urbano. Cuando comencé, nuestra competencia era los artistas de salsa y merengue. El reggaetón no existía. Y creo que la gente ahora, especialmente las nuevas generaciones, es más abierta a juzgar la música por sus componentes, no tanto por su contenido. La música reggae aborda muchos temas, y aunque algunos sean polémicos, su aporte cultural es muy fuerte. Si uno se deja llevar por la vibra de la música, ya sea para bailar o cantar, se disfruta más.
Respecto a mí, muchos de la nueva generación no me conocen físicamente, pero sí han escuchado mis canciones, ya sea porque sus padres las pusieron o porque las escuchan en fiestas. No me conocen personalmente, pero sí conocen mi música. Este evento del 11 de abril es mi manera de reintroducirme y decir: "Soy el mismo que canta todas estas canciones que ustedes han escuchado desde pequeños".
Ahora, sobre los géneros, la hibridación está muy de moda. El reggae, por ejemplo, se ha fusionado con electrónica, dub y otros ritmos. ¿Cómo visualizas esa parte de la escena del género y tu interés en ser parte de estas hibridaciones?
Curiosamente, siempre lo vi así. Ahora existe un término para lo que antes se hacía sin nombre, se llama Afrofusión. Es la fusión de sonidos afro, reggae, afrobeat, soca, calypso, etc. Antes no tenía nombre, pero la categoría existía. Cuando la gente me decía que debería cantar reggaetón, yo les respondía que el reggaetón es un derivado de lo que hago, así que, en teoría, ya lo estaba haciendo. El hecho de que no tenga el mismo nombre no significa que no pueda coexistir con otros géneros.
Hoy veo que muchos artistas antes considerados reggaetoneros ahora cantan afrobeat, dancehall, roots o reggae. Eso me hace pensar que no estaba equivocado al mantenerme fiel a la esencia. Las nuevas tendencias vendrán, pero siempre regresan a sus raíces. Y siempre que se mantenga dentro de la música urbana, no importa el subgénero, siempre podrá interactuar con los demás y llegar al público. Al final, la gente escucha música para bailar o para cantar con sentimiento.
Eso es lo que trato de expresar con mi música: es música afro, que es la base de la cultura pop. Solo necesitamos cambiar de género o hacer variaciones para llegar al mismo público, lo importante es que siempre te escuchen y la música llegue donde deba llegar.